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SEGURIDAD y TECNOLOGÍA: pensamiento finito versus conflictividad infinita, ¿Cómo planificar?



Seguridad es una característica que, procura alcanzar un estado de ausencia de peligro o riesgo ante un escenario, es decir la sensación de total confianza que se tiene en algo o alguien. Por lo expresado, esta es una característica muy distante a la cotidianidad del ser humano y sociedad, que vive en constante e infinito cambio o conflicto.


La tecnología, a su vez, se considera el desarrollo de conocimientos, instrumentos, recursos o procedimientos empleados en un determinado proceso.


Por lo tanto, podríamos acotar que la seguridad es un “instinto o aspiración” que nace con el hombre y su necesidad de supervivencia; para conseguir dicho propósito, él desarrolla una serie de elementos, artilugios y aparatos que le han permitido mantener o tomar ventaja, en o del ambiente en el que desarrolla sus actividades, sea para aprovechar recursos, mantener e incrementar intereses o eliminar obstáculos; convirtiendo a la tecnología en el “hándicap[1]”, para la consecución de estos propósitos.


Los juegos finitos[2] se caracterizan por contar con actores conocidos, reglas claras y objetivos definidos que terminan al alcanzar dichos objetivos. En los juegos infinitos, los actores son conocidos o no, no hay reglas más allá de las leyes y la ética y el objetivo principal es perpetuar el juego y, por lo tanto, no hay tal cosa como ganadores o perdedores.


Los juegos finitos tarde o temprano llegan a su fin y sus actores podrían estar listos para empezar otro juego enseguida. En los juegos infinitos, sucede textualmente lo contrario, el juego continúa y sus actores solo se atenúan cuando no cuentan con recursos o voluntad para seguir jugando.


Para participar en un juego infinito se diseña una organización competentemente fuerte y sana, capacitada para mantenerse en el juego por generaciones, y el auténtico valor se regula por el deseo que otros tienen de contribuir con sus esfuerzos y aportaciones, para que dichas organizaciones continúen teniendo éxito o solo existiendo.


En un símil de actuación estratégica, los estados históricamente surgieron con la organización y complejidad de las interrelaciones humanas, creando mayor productividad, pero a su vez más necesidad; siendo éste el real contrasentido de los estados.


Existe una tendencia donde los estados menos fuertes han conceptuado erróneamente el ambiente de conflictividad entre ellos como de carácter finito, aceptando per se el carácter infinito del ambiente de conflictividad interna; y, una segunda tendencia donde el ambiente de conflictividad interno de carácter infinito es tratado con soluciones de caracteres finitas.


Con estos antecedentes, nos damos cuenta de que, cuando la planificación proyecta tener un ganador, se extrema en reglas claras y se convence organizacionalmente que obtenido su objetivo finaliza sus tareas, su pensamiento, sus objetivos y sus recursos, pues son finitos.


En Ecuador continuamos con esta última tendencia, para la seguridad interna se emplea una serie de recursos basados en una política que, se creó con un carácter finito; con la cual aún se quiere doblegar un adversario o fenómeno que se caracteriza por ser infinito como, por ejemplo, la delincuencia común u organizada, estableciéndose una estructura organizacional que considera muy poco este dinamismo de la realidad.


Esta decisión siempre será del más alto nivel, pues participar en un juego infinito con una estrategia de caracteres finitos genera diversos impactos, usualmente pérdida de confianza, cooperación y escasa innovación.


Para avanzar en la dirección correcta en un desafío infinito, se debe participar con una perspectiva infinita. A los participantes con actitud finita no les gustan las sorpresas y discrepan con todo tipo de disrupción.


En oposición, los de actitud infinita las esperan y se preparan para acondicionar su ambiente estratégico, transformándolo mediante procesos creativos.


De esta forma, los actores finitos planifican derrotar a sus adversarios, mientras que los actores infinitos tratan de superar la subyacencia del problema, anulando la prioridad secuencial de las causas y evaluando la dinámica de su transformación.


Los objetivos finitos se enfocan en resultados mediáticos y no en impactos sostenidos, sus organizaciones se orientan en lo urgente y no resuelven lo importante; responden a factores conocidos sin explorar soluciones disruptivas.


Se abruman con lo que la competencia hace y creen necesario reaccionar a cada movimiento y, por lo tanto, desestiman sobresalientes alternativas para robustecer su propia organización.


La organización que participa en un juego infinito, como la seguridad de un estado, debe implementar de manera integral cinco prácticas fundamentales:


1. Impulsarse en una causa justa y permanente, como en este caso el bien común, la equidad y la justicia;

2. Edificar equipos motivados, confiables, honestos, efectivos, preparados, asertivos, comprometidos y profesionales etc.;

3. Analizar los intereses y actores con atención, a través de una inteligencia y evaluación estratégica e integradora;

4. Tomar medidas para ser flexibles existencialmente, a través de soluciones disruptivas y nuevos paradigmas científico-tecnológicos; y

5. Desarrollar un pensamiento estratégico (liderazgo organizacional) suficiente para dinamizar estos procesos en todos los niveles.



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De esta manera, las organizaciones encargadas de la seguridad del estado:


1. Ajustarán sus expectativas y actuaciones;

2. Entenderán las implicaciones de corto o largo plazo y, por ende;

3. Tomarán mejores decisiones;

4. Tendrán plena confianza;

5. Se comprometerán, y sabrán exactamente hacia dónde ir.


En un ambiente estratégico de seguridad “glocal[3]”, donde los intereses corporativos de la economía ilegal o ilegítima, han trastocado los límite de la seguridad interna y externa o el espacio que separaba la defensa nacional con la protección interna; las políticas de seguridad deben implementar soluciones tecnológicas que ingresen en esa capa gris y provean soluciones de lo importante y lo urgente; alcancen resultados tácticos en el corto plazo, tanto como, estratégicos en el largo plazo, sobre la base que en la dinámica social, el conflicto es natural, permanente y de mayores recursos.


Por ello es que, en la seguridad multidominio, se aprecia una nueva forma de sinergia para planificar con disrupción los recursos físicos, cibernéticos y otros que se presenten; integrar los objetivos políticos, económicos, legales y sociales requeridos; y, gestionarlos con la urgencia que la tecnología permite, para crear, visualizar y gestionar la dinámica del ambiente estratégico adecuado que facilite un desarrollo socio económico oportuno y sostenible en el largo plazo.


Normalmente las organizaciones con visión multidominio dejarán de buscar soluciones individuales e inmediatas a problemas estratégicos, sino que con pensamiento de caracteres infinitos priorizará la dinámica del escenario, sin dejar de atender los procesos de corto plazo, que ahora serán parte de una finalidad “sin fin” de más alto nivel, que es el gran reto que actualmente enfrentan la justicia, fuerza pública, fuerzas armadas, salud, economía y bienestar humano; en una concepción integradora con visión de seguridad de estado para alcanzarla sincronizadamente, con el mínimo dispendio ante una natural escasez de recursos.

Xpertise, 2023.

[1] Condición o circunstancia que supone una desventaja en relación con otros o dificulta la realización o consecución de algo. [2] El concepto de juegos finitos e infinitos fue originalmente publicado por James Carse en su libro “Finite and Infinte Games: A vision for life, play and possibility “y se relaciona con el tema del libro “The Infinite Game” de Simon Sinek [3] De acuerdo con el diccionario de Oxford, el anglicismo glocal se define como aquello “que hace referencia a factores tanto globales como locales o reúne características de ambas realidades”.

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